Jaque Mate: Jugar al Ajedrez Siendo Ciego

El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas ciegas, para jugar de forma integrada en las competiciones con personas videntes. Se encuadra dentro del mundo deportivo en el grupo en el que el esfuerzo físico ocupa un papel secundario y la relación del deportista con el éxito depende de otro tipo de habilidades como la precisión. No obstante se trata de un deporte con algo grado de competitividad. Es una actividad igualitaria, porque el ajedrez para ciegos se disputa en una sola categoría, sin distinción entre ciegos y deficientes visuales, ni discriminación entre hombres y mujeres, ni por grupos de edades.

La capacidad que todos los grandes jugadores tienen para disputar partidas “a la ciega”, es decir, sin tablero delante, demuestra hasta qué punto los resultados en ajedrez están muy poco relacionados con las condiciones físicas y visuales.

El ajedrez para ciegos en España se  remonta a la época de Fernando El Católico, quien jugaba al ajedrez con su confesor Roldán Bielsa que fue perdiendo la vista paulatinamente. El rey  le regaló un tablero de mármol con adaptaciones en los escaques y con las piezas negras diferenciadas con un lazo.

A partir de la creación de la Organización Internacional del Ajedrez para Ciegos (IBCA) en 1958, comenzaron a organizarse competiciones internacionales de ajedrez para ciegos. La ONCE, desde 1992, ha desempeñado un papel muy activo como organizadora y promotora de nuevos torneos oficiales. Hoy, la IBCA se ha extendido ya a 4 continentes y el número de jugadores ciegos asociados en todo el mundo supera los 15.000. En las últimas décadas, ha sido muy rápida la progresión del colectivo de ciegos dentro del ranking internacional absoluto. Como consecuencia, desde 1992, la FIDE reconoce este nivel con la inclusión en la Olimpiada de Ajedrez, como un país más, de una selección internacional de ajedrecistas ciegos.

Las modificaciones para que los ciegos jueguen al ajedrez son muy pocas, partiendo de la reglamentación internacional para personas que ven, los jugadores ciegos han propuesto a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE )pequeñas adaptaciones para conseguir un juego completamente practicable por parte de los discapacitados visuales.

El tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos, para hacerlos diferenciables al tacto y las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Además cada casilla del tablero tiene un pequeño agujero en el centro para colocar las piezas mediante un pequeño vástago que tienen en la parte inferior, des esta manera, el jugador puede tocar las piezas sin derribarlas. Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros; cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.

El ajedrez aporta interesantes beneficios como el desarrollo de capacidades cerebrales, como la memoria, la inteligencia, la creatividad o la concentración. También desarrolla el pensamiento crítico. Uno de los fundamentos en la formación de un ajedrecista es precisamente su objetividad a la hora de juzgar sus errores y los ajenos.  En el caso de los niños ciegos y deficientes visuales, hay al menos tres factores que refuerzan las ventajas del juego: la mejora intelectual, la capacidad de socialización y las posibilidades de igualarse a los videntes.